Viajando juntos en un velero
en una isla te dejé marchar,
para luego, por mis caprichos
rogarte que no volvieras más.
Pasó el tiempo,
y con él
mi sueño se murió.
Perdiéndome quise encontrarte
y buscándote al fin desesperé,
sin encontrarme ni a mí mismo
en lo que nunca pude ser.
Al fin un día,
cansado, logré dormir,
no soñé contigo
pero casi
pude ser feliz.
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