Casi dormido




Cuando escribí esta carta,
roto, me dije a mí mismo
que nunca más amaría igual,
que nunca estrecharía su cuerpo.

Cuando escribía esta carta
me convencí de que nunca
conseguiría ser el mismo.
Esto último tuvo que ser cierto.

Cuando escribí fui fiel como nunca,
pero al romperla no lloré como siempre.
Malditas horas de penumbra.

Y todo esto para malvivir,
y estar despierto,
y soñar,
y no estar contigo.